A las siete de la mañana hemos ido apareciendo por la Plaza Chica, sin tener muy clara la hora de quedada, si siete o siete y media.
A los bikers Antonio, Paco, Fernando y Miguel en está ocasión nos hemos unido Juan Pedro “Cacaíto” y el que esto escribe, que por un día hemos aparcado nuestras flacas.
El plan era sencillo; subir las bicis a los coches y llegar al Jarro del Oro, en Alhama, donde habíamos quedado con Humberto y Antonio Luis, a la sazón conocedores del terreno que iban a ser nuestros guías en esta ocasión.
Ya todos juntos enfilamos por carretera dirección a las Casas de la Marina, para a la altura del transvase desviarnos a la izquierda para desde allí coger la senda de las Mil Curvas, una subida trialera que hace honor a su nombre, ya que va ladera arriba en un continuo zigzag que se va empinando rápidamente y nos lleva casi a la altura de las Casas de la Marina. Desde allí una vez reagrupados rumbo a Collado Bermejo, esta vez por una pista con buen piso, de ancho suficiente como para ir en paralelo, sin necesidad de prestar excesiva atención a las trampas del camino.
Comenzamos la subida juntos, aunque pronto se forman dos grupos; Juan Pedro, Antonio Luis, Paco y yo, que nos adelantamos un tanto, mientras que Humberto, Fernando y Antonio deciden ir al ritmo de Miguel, que empieza a descubrir lo que son rutas más largas y con subidas más tendidas que a las que está acostumbrado por el Coto Cuadros.
Huelga decir que como siempre que Juan Pedro divisa alguien por delante, se transforma en Cacaíto y mete la directa yendo a su encuentro, cosa que en está ocasión también ocurrió, cogiendo grupos uno tras otro.
Tras la bonita subida que nos lleva al Collado Bermejo, nueva reagrupación y rápida bajada por un camino bastante interesante al principio, para cada vez hacerse más complicado hasta convertirse en una bajada técnica, que no todos disfrutamos por igual, ahí se ve la diferencia de nivel.
Tras esta primera parte de la bajada, reagrupación y así encaramos la segunda parte de la misma, por la denominada, creo recordar Bajada Rápida, la cual disfrutamos todos, ya que el grado de dificultad era asumible, no hablaremos del polvo del camino, que nos dejó a todos las bicicletas para una buena limpieza, excepto Fernando; que no sé como lo hace, pero termina con la bici impoluta.
Pronto estábamos en la carretera que viene de Gebas y en un rápido descenso por la misma de vuelta al Jarro del Oro, donde repusimos fuerzas. Tras lo cual nos despedimos de nuestros amigos del Club de La Alberca y de vuelta a casa, con una sonrisa de oreja a oreja por la buena ruta realizada. Otros sin embargo sacaron una ducha portátil, se ducharon, y bien aseados decidieron seguir reponiendo fuerzas.
-Como siempre, magnifica cronica del señor preparador, esto es lo que le falta al grupo de montaña, un narrador de esta categoria, para animar las salidas, decir que me lo pase como un niño chico, vaya bajada tecnica y complicada, lastima que no nos avisaran, los conocedores del terreno de bajar el sillin, pero pese a todo fantastica bajada, contar con migo para proximas escursiones.
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