Por Abilio Gallar
Domingo 17 de Julio de 2016, unos cuantos valientes nos disponíamos a afrontar los poco más de 60 Kms. de recorrido no sin antes disfrutar del manjar preparado por nuestra compañera y amiga Silvia Ruiz degustando en la salida de la etapa de sus variados bizcochos en sabores y texturas.
Domingo 17 de Julio de 2016, unos cuantos valientes nos disponíamos a afrontar los poco más de 60 Kms. de recorrido no sin antes disfrutar del manjar preparado por nuestra compañera y amiga Silvia Ruiz degustando en la salida de la etapa de sus variados bizcochos en sabores y texturas.
Una vez terminado tal protocolario acto antes de la salida, nos disponemos ya en firme a la disputa de ésta etapa que, aunque corta en la distancia, iba a ser muy interesante tanto por el ritmo de carrera como por estrategia.
Espero no dejarme a nadie en el
tintero, pero éramos de la partida, Javier, Manolo, Carlos, Jorge, Eloy, Jose
Antonio, Miguel, Paco Jiménez, Pago Gómez, Pape Méndez, y el redactor de ésta etapa.
Salimos desde Plaza Chica dirección
al Trasvase camino de la carretera N-301 a buen ritmo como siempre sucede al
principio de las etapas en las que las fuerzas están intactas y más después de
haber degustado tan deliciosos manjares.
Cogemos la carretera del trasvase
con terreno favorable en ligero descenso y con una leve brisa en contra,
grupetta conducida en sus primeros kilómetros por Javier y Paco , mientras los
demás ibamos cogiendo rueda al abrigo del aire en contra, y más de uno ya
pensando en los puntos calientes de la jornada, que, aunque eran puntos
asequibles para todos , íban a deparar una lucha sin cuartel.
Iban pasando los kilómetros pasando
por los molestos pasos elevados del trasvase que a algunos les hacían perder un
poco el ritmo, hasta que llegamos al cruce con la N-301 y ahí empezaba el
inicio del Puerto de la Losilla, con el hándicap del viento de cara que había
que coger rueda rápidamente para no verse descolgado a las primeras de cambio,
no en vano, los más fuertes del grupo se empezaban a distanciar , dejando a los
más débiles con un palmo de narices cogiendo un ritmo que les permitiera llegar
arriba con el menos desgaste posible.
Una vez coronado el Puerto de la Losilla,
nos dirigimos hacia el Valle de Ricote previo paso por el vertiginoso descenso
del Azud de Ojós, que lejos de disfrutar del entorno teniamos que estar
pendientes del asfalto por las altas velocidades que cogían nuestras
"flacas", llegando a la carretera de los Miradores previo paso por un
túnel insuficientemente iluminado dicho sea de paso.
Una vez en la carretera de los
Miradores, ésta nos recibe con un rampón al 10% que aunque corta , se agarra la
bici al asfalto cual campo magnético que dicho sea de paso habría que ver los
Gauss o Tesla que ejercen sobre nuestras maltrechas extremidades inferiores.
Ya camino de la localidad de Ulea,
empieza el grupo a tomar posiciones para afrontar el Puerto de Ulea, una tachuelilla
que agarra lo suyo, teniendo que tomarnos unos la subida con tranquilidad y
moviendo cadencia de pedaleo, mientras los más fuertes ya estan dándose estopa
hasta en el carnet, no quiero ni pensar si en vez de subir éstas tachuelillas ,
subiéramos el Mont Ventoux, sería toda una guerra de guerrillas.
Para dar una impresión de cómo se
subió al Alto de Ulea, decir que Javier hizo el 6º mejor tiempo global en
Strava, casi nada al aparato.
Una vez todos agrupados, iniciamos
el descenso ya por la N-301 camino del cruce del trasvase para rodar los
últimos kilómetros de la etapa, unos últimos kilómetros que iban a ser muy
interesantes dado que todavía faltaba la última dificultad del día, el Alto de
Trasvase con un rampón inicial que, según Strava, dá una pendiente máxima del
10,4 % de desnivel nada despreciable para todos.
Ya inmersos en el trasvase, el grupo
adopta una formación de caza cuando paradojas de la etapa nadie rodaba por
delante destacado, se estaba rodando fuerte con una ligera brisa a favor, a ver si caía alguna fruta madura del árbol.
Quien más quien menos ya iba
pensando en su táctica para afrontar el Alto del Trasvase, no se oía ni una
mosca, sólo el rodar de nuestras cadenas sólo interrumpido por algun lugareño
en forma de bici de paseo haciendo sonar su bocina a cual rebuzno campestre.
Algunos ya iban metiendo el manillar
al vecino de al lado con el fin de hacerse hueco para la batalla final,
cogiendo tímidamente el bidón del agua para refrescar la ya reseca garganta por
la tensión y la temperatura reinante fuera y dentro de nuestros cuerpos.
Por lo que a mí respecta, en un
momento dado iba bastante encerrado dentro del grupo con lo que tuve que ir
buscandome la vida a lo largo de los kilómetros para ir moviendome a zonas de
la grupeta mas abiertas con el fin de poder respirar algo de aire. A falta de 1
kms más o menos , Javier que iba agazapado todo el trasvase para para
posiciones delanteras ya con el cuchillo entre los dientes, decir que por entonces,
mi gps marcaba ya la velocidad de crucero nada despreciable de 36 km/h.
Viendo un poco al panorama, ví que
podía ser un momento bueno para soltar unas "avispillas" como se dice
en el argot ciclista, y ni corto ni perezoso, sí, pellízquense una oreja o lo
que quieran, llega mi minuto de gloria, a ésa velocidad, bajo 2 dientes y con el plato
de 52 lanzo un ataque a ver si alguien se animaba y poníamos en aprietos a los
demás, echo una ojeada rápida por el rabillo del ojo por debajo del codo y veo
el grupo más o menos organizado pero con nervios, como de calma tensa a ver que
pasaba, pasado unos metros el grupo me alcanzaba ya en el rampón del Trasvase y
decido subir 3 coronas para recuperar y llegar entero hasta el reagrupamiento
de la ctra. de Fortuna junto a la gasolinera.
Y sin más contratiempos llegamos
todos agrupados a la Alcayna para degustar un refrigerio y comentar la etapa
que realmente ha sido muy emocionante y movida.
Luego algunos compañeros me
comentaban que mi ataque les ha pillado un poco descolocados en cuanto a sus
intenciones de atacar en la subida, ya que han tenido que quemar muchas naves
para acelerar el ritmo de caza.
Ya tomando unos quintitos, sale un
tema que me gustaría dar mi modesta opinion, en la que un miembro del club,
incide, en que un cicloturista por ser gordo tiene muchas desventajas o mejor
dicho no vale para nada respecto a otros. Bueno, decir, que hay que respetar a
todo el mundo, porque primero, cada uno tiene una constitucion propia en cuanto
a complexion corporal, etc, segundo porque uno no sabe por qué motivo se
encuentra asi, igual es una enfermedad que tiene, y tercero que hay que ser
humilde y no despreciar al compañero, porque de ser asi, algun dia vas a poder
necesitar de su ayuda y te puede responder con la misma moneda o bien se puedes
sorprender que igual mueve bastante mas wattios que el flaquito de turno.
Lo primero es respeto al compañero y
luego pues, sin ahondar en el tema ,
pues le sprintas, le ganas o haces el pino bajando coronas.
Y por último, jornada memorable de
ciclismo del bueno, ciclismo de ataque, y los que no pudieron venir o no
quisieron venir, pues se han perdido otra jornada de ciclismo que a priori era
dificil de imaginar, y al final los corredores son los que hacen las etapas interesantes
o aburridas.
Hasta pronto !!, y Feliz Verano a
todos !!!
No le daría tanta importancia al comentario de un compañero en cuanto al peso, cosa que no es más que una broma en un ambiente distendido entre refrigerios tras la ruta. No creo que fuera un desprecio hacia nadie. Leído desde fuera parece otra cosa.
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